Historia del jazz en España
La música de Jazz llegó a Europa en tiempos de la Primera Guerra Mundial. Londres y París recibieron los nuevos ritmos con los brazos abiertos y los incluyeron rápidamente. Así una música nacida con toda seguridad en los estratos sociales más bajos y carentes de cultura del sur de EE.UU., pasó a ser una música culta, casi intelectual en Europa. Compositores tales como Debussy o Ravel, incluyeron aromas del primitivo jazz en sus composiciones, dándole a esa música el respaldo intelectual que no podían otorgarle los salones de baile que la acogieron inicialmente.
Primer tercio del siglo XX
En España, la primera referencia directa real al jazz data de 1929, cuando Sam Wooding y sus "Chocolate Kiddies", actuaron en Madrid, San Sebastián y Barcelona, ciudad esta en la que incluso grabaron un disco.También en 1929, en la Exposición Universal de Barcelona, actuó la orquesta británica de Jack Hilton, y luego la orquesta de Harry Flemming, que incluía a músicos como el trompetista Tommy Ladnier. No obstante, hubo algunos precedentes, comenzando por la locura del ragtime, que se adueñó de salones de baile. La eclosión de los ritmos y músicos de jazz afro-americano en Europa en los años 1914 a 1929, coincidió en nuestro país con el periodo de la dictadura de Primo de Rivera y la generación de 1927. En esta época, en los bajos del Hotel Palace, en el Rector's Club, solía tocar una "orquesta de negros".
El fox-trot, fue la carta de la que se sirvió el jazz para hacer su presentación en sociedad. Ragtime, rumba-habanera, fox-trot, charlestón y demás ritmos nacidos del árbol musical afro-americano mantienen similitudes incuestionables desde su origen común urbano. Conservan en su esquema formal, rítmico e instrumental, el sedimento de lo español y africano, y su singularidad le viene de la utilización por el intérprete de la síncopa y el acento desplazado, recursos rítmicos que provienen de la música africana.
Todas tuvieron que ver con el nacimiento del jazz. Casi todos los músicos de entonces confirman la latinidad y españolidad del jazz en sus orígenes remotos. Aquel impulso renovador de los ambientes musicales alumbró una primera generación de practicantes. Barcelona contó con el primer nombre del jazz español: Miguel Torné, que desplegaba todo un conjunto de instrumentos: esquilas, flautas de válvulas o jazz-flutes, serruchos, xilofones diatónicos... De Isidro Paulí se dice que, en el año 1919, presentó por vez primera en Barcelona un instrumento musical entonces inédito: la batería. En aquella época, a este instrumento se le llamaba jazz band.[3] Hubo otros músicos no menos importantes, pioneros del jazz bandismo: Jesús Guridi y José Iturbi.
Los años 1930 y la pos-guerra
A partir de los años 1930, comienzan a aparecer por diversas ciudades españolas Hot Clubs al estilo de los que se habían desarrollado en Francia y, con ellos, los coleccionistas de discos de jazz, y las tiendas especializadas, como "Saci", en Madrid.[5] España recibió la visita de otras bandas de prestigio, como la integrada por norteamericanos expatriados en Europa en los años 1930, «Willie Lewis and his Entertainers», con la que alternaron músicos del prestigio de Bill Coleman, Adelaide Hall y George Johnson. También llegaron jazz-band cubanas y danzoneras, destacando la orquesta "Havane Cubains Jazz" que tocaron en San Sebastián. Además visitaron nuestro país jazz-dancers que resultaban un verdadero espectáculo, como fue el caso de Eddie Brown y Louis Douglas (actor, bailarín y showman) y, especialmente, la gira de Josephine Baker, en febrero de 1930.
Barcelona se convirtió en el epicentro de la fiebre del hot que asoló la península en los años 1930. Algunas de las orquestinas de principios de siglo continuaban funcionando como orquestas de swing: "Demon's jazz", "Napoleon's", etc. El número de orquestas que funcionaban en la Barcelona de preguerra era enorme: "Melodian`s Orchestra", "The Venus Orquesta"...
Un evento de gran importancia fue la creación del Hot Club Barcelones (H.C.B.) por los aficionados, instigadores en el año 1934 del Barcelona jazz Club. Con la intención de propagar verdadero jazz se organizaban disco-forum, conciertos y conferencias. El Hot-Club amparó la publicación de Jazz Magazine y un programa de radio. En el verano de 1935 organizó un Festival de Jazz Internacional, el éxito fue tan apabullante que movió a sus patrocinadores a repetir. Para la tercera edición, el 29 de enero de 1936, se contrató al prestigioso saxofonista Benny Carter.
Los ecos de las actividades del Hot-Club de Barcelona llegaron a toda Cataluña y fuera de esta, en Bilbao, Valladolid, Madrid y Valencia, se constituyeron los embriones de los respectivos hot-club. Destaca la labor desarrollada por el tándem Augusto Algueró-Josep Casas Auge, director y arreglista- pianista respectivamente.
La guerra terminó con una edad de oro del jazz, y no solo del jazz, sino de toda la cultura. Fueron muchos los músicos, orquestas enteras, que se exiliaron.
En este momento es cuando apareció la censura para evitar los desmanes de épocas precedentes que también rozó al jazz. Jazz había que escribirlo «yas» y los títulos de las canciones transcribirlas al castellano: Besáme mucho fue prohibida, luego autorizada y vuelta a prohibir; Ansiedad, en versión de Nat King Cole pasó por un descuido.
El censor mandaba callar al trompetista demasiado estridente, bajaba faldas cortas de coristas y corregía letras por si faltaban a la moral, la autoridad o el buen orden. El «cheek to cheek» (mejilla con mejilla o baile agarrado) fue incluso prohibido por considerarlo una grave inmoralidad. Se mantiene, no obstante, alguna presencia del género. Es el caso del primer crooner a la española, Mariano Barreto, cubano que hizo llorar a media España encarnando al Negro que tenía el alma blanca. Otro cubano, Antonio Machín, personificó entre nosotros la figura del vocalista, a partir de 1939. A mediados de los 1940 toda orquesta debía contar con su vocalista, alternando el swing y el slow, con la ranchera y el bolero, en un estilo cursilón. Destacaron Luis Sancho, alias Jorge Sepúlveda, Raúl Abril, Raúl del Castillo, etc. Entre las vocalistas femeninas destacaban Pilar Morales, Blanquita Amaro, Rina Celi etc. También abundaron los tríos vocales de hermanas, fenómeno que se llamó «sisterismo», en imitación a las Andrews Sisters. Fundada en 1944, la Orquesta Rovira fue de las primeras en presentarse en formación de concierto, con recitales en las salas Coliseum, Tívoli, Comedia y Principal.
1950-1975
El jazz recobró su pulso en Madrid a partir de 1947, sobre todo tras la creación del "Hot Club de Madrid" en 1948, que organizaba frecuentes jam sessions, promovió la edición de revistas y boletines, y produjo varios discos a nombre de artistas como George Johnson, Don Byas y el "Hot-Club de Madrid All stars", bajo la dirección artística del maestro Tejada. Los dirigentes del Hot Club de Madrid seleccionaron unos cuantos instrumentistas calificados de «Los mejores Músicos del año».
En Barcelona, la nueva edad de oro del jazz se fijó en torno a los años 1948-1953, con matinées y jam-sesiones. Jazzistas, rumberos y flamencos convivieron en un mismo escenario. Estas sesiones, y especialmente la presencia de Don Byas, influyeron enormemente en músicos como Tete Montoliu, que entonces comenzaba su carrera. Otros músicos destacados de la época fueron Sebastián Albalat, número uno entre los saxofonistas barceloneses, un innovador además del mejor jazzman de su generación, que también era cantante, pianista y director de orquesta. También, entre otros, Joe Moro, Salvador Arevalillo, Salvador Font, Pere Bonet, etc.
La irrupción del be-bop generó una separación entre los aficionados, al tiempo que convirtió al jazz en privilegio de unos pocos espíritus cultivados.
Junto a ello, ocurría que la mayor frecuencia en las visitas de los jazzmen americanos terminaron por saturar la frágil economía del aficionado. Víctimas primeras de ello fueron los músicos del país a quienes se les puso muy cuesta arriba tocar jazz. En los años 1960 surgió la primera crítica especializada en toda la extensión de la palabra, y los críticos mantuvieron vivo el jazz en prensa, revistas especializadas y radio, un medio que lo fue todo para el aficionado. El momento más interesante de esa época fue la inauguración, en octubre de 1959, en un sótano de la Plaza Real de Barcelona, del Jamboree Jazz. Por este club pasaron en los años sesenta músicos del máximo prestigio como Ornette Coleman, Lee Konitz, Chet Baker, Dexter Gordon y un largo etc que sorprendería, aún hoy, a muchos. Las actuaciones de Ornette Coleman en trío, con Tete Montoliu y el batería Billy Brooks fueron saludadas por los críticos como un verdadero acontecimiento intelectual. Después poco a poco tendría lugar la formación de otros clubes históricos que abrirían y cerrarían sus puertas con excesiva rapidez como para consolidar una música y unos músicos.
El "Whisky Jazz", en Madrid, es el que más años ha sobrevivido aunque con muchos cambios. Por el Whisky Jazz de la primera época pasaron gran número de artistas internacionales como Dexter Gordon, Lee Konitz, Paul Bley, Donald Byrd, pero sobre todo, y al igual que Jamboree, sirvió para que sus escenarios permitiesen a algunos jóvenes músicos demostrar su valía. Los más destacados de ellos: Tete Montoliu, Pedro Iturralde, Enrique Llácer "Regolí", Vlady Bas y Juan Carlos Calderón.
Whisky y Jamboree fueron no sólo escaparate para el jazz foráneo, sino también y a falta de academias especializadas, la escuela en la que se forjó una generación de jazz men: los músicos de casa. Destaca el jazzista Tete Montoliu, «pianista sutil que pareciera haberse equivocado de tiempo, lugar e incluso color de piel», cuyo talento explotó por estos años. A raíz de sus actuaciones en los Festivales de Cannes (1958), San Remo (1959) y Berlín (1961), Montoliu sorprendió y conmovió al pequeño mundo de los aficionados al jazz. Tuvo la oportunidad de alternar con gigantes del jazz de la categoría de Dexter Gordon o Niels-Henning Ørsted Pedersen. En 1967 tocó en Nueva York y regreso a su ciudad natal , una vez que la actividad jazzística se hubo estabilizado por acción del recién abierto Jamboree.
El saxofonista tenor navarro Pedro Iturralde comenzó tocando en las jam-sessions del club Suevia. El reconocimiento internacional le llegó en el año 1967, cuando presentó su Jazz Flamenco en el Festival de Berlín, junto a un joven Paco de Lucía.
Por su parte, Juan Carlos Calderón, pianista nacido en Santander, donde se inició con bandas de jazz tradicional, se convirtió en asiduo acompañante de figuras norteamericanas de paso (algunas de las cuales, como Donna Hightower, permanecieron en España largo tiempo) y en el más reconocido de los arreglistas del país, además de dirigir una big band, con la que grabó uno de los discos esenciales del jazz español, Bloque 6, tras girar con la banda por diversos festivales nacionales.[6] Otra de las presencias en los escenarios de jazz nacionales, consolidada durante los años sesenta, fue el saxofonista Vladimiro Bas, único español que ha tocado con Louis Armstrong y que, más tarde, fue de los pocos en aventurarse en caminos cercanos al free jazz.
En cuanto al baterista Enrique Llácer, "Regolí", estuvo en activo hasta bien entrada la década de 1980, siendo uno de los impulsores de la más famosa banda de dixieland española, la "Canal Street Jazz Band", formada en 1967 en Madrid, junto con el trombonista James Kashishian, el cornetista norteamericano Jeff Hughes y el pianista español Fernando Sobrino.
Se puede citar a otros muchos músicos que compaginaban su trabajo en la Orquesta Nacional o en la música popular, con sesiones de jazz, como José Chenoll o Sigfrido Vidaurreta, trombonistas; pianistas como Manuel Gas o el francés afincado en Madrid, Jean Luc Vallet; trompetistas como José Luis Medrano o Arturo Fornés; Joan Miró, vibrafonista; Carlos Casasnovas y Rafael de la Vega, contrabajos; o Pepe Nieto, batería.
Otra fecha crucial, 1966, marcaría el desarrollo del jazz en España. En enero de ese año (exactamente el día 25) actuarían por primera vez Duke Ellington y Ella Fitzgerald, en Barcelona en el Palacio de la Música. Inmediatamente después nacerían, en septiembre, el Festival de Jazz de San Sebastián y en octubre el de Barcelona, este último con un cartel antológico: Dave Brubeck con Paul Desmond, Sonny Rollins con Max Roach y Tete Montoliu trío entre otros. Mucho más tarde, en 1977, Vitoria también se unió a esta oferta musical con el Festival de Jazz de Vitoria. En la actualidad son numerosas las ciudades que cuentan con su cita anual con los amantes de esta música.
Al margen de los Hot-Clubs de Barcelona y Madrid, el de mayor volumen era el sevillano; también los hubo en Granada (donde residió Stan Getz un tiempo, en Almuñecar) y en Valladolid. En Valencia funcionaba el Hot Club y en Santander el Drink Club. Hubo también otros clubes importantes como "Balboa Jazz" o el "Bourbon Street", en Madrid; "La Casa del Loco" en Bilbao; "Indigo" en Palma de Mallorca; o "Club 28" en Las Palmas de Gran Canaria.
El jazz a finales del siglo XX
El Jazz, convaleciente en todo el mundo, agonizaba en nuestro país. Los hot-club de Barcelona y Madrid languidecían sin que nadie se interesara por ellos. La Universidad de los sesenta-setenta hizo causa común con el jazz joven, a cuyos representantes abrió los salones de actos y auditorios.
Fundado en el año 1970, el Club de Música y Jazz del Colegio Mayor San Juan Evangelista puso el jazz al alcance del bolsillo universitario. "Raíces", un minúsculo sótano de la calle Galileo de Madrid, se constituyó en el legítimo heredero del viejo Whisky and Jazz, del que se diferenciaba en todo. Fueron sus impulsores entre otros, los saxofonistas Juan Muro, Antonio Moltó y Alejandro Pérez. La edad de oro del jazz madrileño tuvo su traducción en el «Festival del Jazz de San Isidro», verdadera puerta abierta a la contemporaneidad del género. En los San Isidros pudo escucharse a los jazzmen de primera línea de vanguardia. Por ellos pasaron los mejores músicos de jazz europeos cuando nadie se atrevía a traerlos.
Loa años 1970 marcaron el inicio de la aventura docente del jazz en nuestro país. En el año 1978 comenzó a funcionar en Barcelona el Aula de Música Moderna y Jazz, dependiente del «Centro d'Estudis Musicals»; le siguió dos años más tarde el Taller de Músics. Ambos centros abrieron sede en Madrid. Llama la atención el gran número de clubes que ofrecían jazz en la Ciudad Condal, además del Festival de jazz y la Asociación de Músicos de jazz.
En las última décadas del siglo XX, el jazz español comienza a consolidar un lenguaje propio, una hábil mezcla de lo mejor y más profundo del flamenco con las formas del jazz contemporáneo. El saxofonista madrileño Jorge Pardo, el contrabajista barcelonés Carles Benavent y el percusionista brasileño Rubem Dantas han aportado el espíritu jazzístico a la presencia flamenca de Paco de Lucía y sus dos hermanos. Ninguno de los tres era un recién llegado, Pardo y Dantas ya habían militado juntos con Joan Albert Amargós, quien había realizado ya sus primeros pinitos con el flamenco en el grupo “Música Urbana”.
En cuanto a los músicos de jazz más ortodoxos, Tete Montoliu ha sido el baluarte de varias generaciones de jazzmen hispanos. El pianista Ricardo Miralles, tras su larga relación profesional con Joan Manuel Serrat, ha regresado al jazz en la capital estatal en solitario y en dúo con el también pianista Horacio Icasto (quien acompañó frecuentemente a la cantante Sonia Vallet, hija de Jean Luc Vallet). Lou Benett también pertenece a esa generación, aunque nació en USA, pero la parte más importante de su carrera la ha vivido entre Francia y España. También destacan el guitarrista valenciano Ximo Tebar y el saxofonista americano-sevillano Abdu Salim.
Con posterioridad a esos músicos que podríamos llamar de la generación del Jamboree-Whisky Jazz, las miradas de los jóvenes músicos estaban colocadas en otros estilos musicales, entrando de lleno en los ochenta, época de gran profusión de grupos, solistas e ideas que no siempre han podido madurar lo suficiente. Valencia se convierte en bastión de primerísimo orden por lo que respecta al número y calidad de músicos, aficionados y críticos. Tanto es así que hay quien la considera la primera capital jazzística del país. Músicos como el saxofonista Perico Sambeat, o el trombonista Toni Belenguer proceden de esta ciudad.
Pero si Valencia es un valor consolidado para el jazz, en esta época Andalucía fue la Comunidad Autónoma en donde se dio el mayor incremento en el número de seguidores, se montaron festivales o ciclos de conciertos en Sevilla, Málaga, Festival de Jazz de Granada, Festival de jazz de Almería y hasta en Jaén, con clubs de jazz que consiguieron gran proyección ("Chubby cheek" en Jaén, "Georgia" en Almería, "El secadero" en Granada...). De la cantera andaluza, salieron jazzistas como los guitarristas Tito Alcedo y Nono García, los pianistas Chano Domínguez y Henry Vincent, el saxofonista Pedro Cortejosa, el contrabajista Francisco Posé, la cantante Celia Mur y otros.
Entre los jazzmen de final de siglo en nuestro país encontramos saxofonistas como Joan Albert, Víctor de Diego, Xavier Figuerola o Javier Garayalde; trompetistas como Josep María Farrás; pianistas como Albert Bover e Iñaki Salvador; contrabajistas como Javier Colina, Horacio Fumero o Miguel Ángel Chastang; guitarristas como José Luis Gámez o Ángel Rubio, y bateristas como Carlos Carli o Guillermo McGill. También es necesario considerar a un nutrido grupo de músicos cubanos asentados en la escena española, como es el caso del trompetista Manuel Machado, los saxofonistas Nardy Castellini y Rafael Garcés, o el percusionista Moisés Porro.
Entre los músicos que han preferido la experimentación o los caminos del jazz rock y todas sus evoluciones electrónicas posteriores, es necesario destacar a los saxofonistas Javier Paxarino y Wade Matthews, los contrabajistas Baldo Martínez y Zé Eduardo, el guitarrista Max Sunyer y grupos más o menos estables como Pegasus, Clónicos, Zyklus etc. Destacados son también el batería Jordi Rossy, que ha tocado con Paquito de Rivera y Brad Mehldau; el pianista Chano Domínguez, con George Mraz y Jeff Ballard en su último disco, o Ignasi Terraza, que lo ha hecho con Gregory Hutchinson y Pierre Boussaguet.
No podemos olvidar, al hablar de la proyección internacional de nuestros músicos, que Carles Benavent fue el bajista del grupo de Chick Corea durante más de un año, y conocida es la exigencia del pianista de Boston con sus músicos. Benavent grabó dos discos con Corea (The Jobourg Sessions y Touchtone). Jorge Pardo y Carlos Benavent han realizado también otras experiencias internacionales, tras su «Flamencos en New York»: formaron el grupo Zebra Coast con Gil Goldstein, Alex Acuña, Don Alias, Mino Cinelu, y Wolfgang Muthspiel. El septeto actuó en diversas ocasiones en clubes neoyorquinos (Blue Note, Village Vanguard, Sweet Basil) con notable éxito.
En 2011 en el documental "Jazz en España"[7] de la productora "14 pies" para la cadena de televisión Canal de Historia, se recogen los testimonios de algunos músicos y críticos de Jazz españoles, con algunos documentos históricos de esta música en España.
Otros músicos de jazz de España
Ester Andújar - Cantante.[8]
Juan d'Anyelica - Guitarrista de flamenco y jazz.
Paloma Berganza - Cantante.[9]
Carme Canela - Cantante.[10] Miguel Ángel Chastang - Bajista.[11]
Alexis Cuadrado - Bajista.[12]
Agustí Fernández - Pianista.[13]
José Luis Gámez - Guitarrista.[14] [15]
Ramón López - Batería, aunque afincado en Francia.[16]
Alberto Conde - Pianista.[17] [18]
David Mengual - Bajista.[19] [20] [21]
Benet Palet - Trompetista.
Mario Rossi- Samba y jazz[22]
Albert Sanz - Pianista.[23]
Antonio Serrano - Armónica.[24]
David Xirgu - Batería.[25]
José Adrián Espadas - Compositor/Batería.[26]
Xavier Dotras - Pianist[27]
Bibliografía
Álvarez Caballero, A: Historia del Cante flamenco, Madrid, Alianza, 1986.
Berendt, Joachim: El Jazz. Nueva Orleans al Jazz-Rock, México-Madrid, Fondo de Cultura Económica.
Dembowski, C: Dos años en España y Portugal, Madrid, Espasa Calpe, 1931.
Fodham John: Jazz, historia, instrumentos, músicos y grabaciones, Editorial Raíces. Guipúzcoa 1994.
García Martínez, J.M. (1996) (en español). Del fox-trot al jazz flamenco. El jazz en España 1919-1996. Madrid: Alianza Editorial.
Clayton, Peter; Gammond, Peter (1990) (en español). Jazz de la A a la Z. Taurus. pp. 317. ISBN 84-306-0162-7.
• Coll, Julio (1971). Dep.Leg. M-4754-1971. ed (en español). Variaciones sobre el jazz. Madrid: Ediciones Guadarrama. pp. 235.
Clubes de jazz
Barcelona
Jamboree
JazzSí Club Taller de Músics
Harlem Jazz Club
Bel•luna
El Foro
Nova jazz cava (Terrassa)
Jazz Cava (Vic)
Madrid
(http://www.boguijazz.com/ Boguijazz)
(http://www.cafeeldespertar.com/)
Calle 54
Café Populart
Café central
Clamores
El Junco Jazz Club
Otros clubes
Bilbaina Jazz Club (Bilbao)
Sunset Jazz Club (Girona)
Keyboard Jazz Lounge (Reus)
Cambalache (Cádiz)
Soberao Jazz – Dos Hermanas (Sevilla)
Festivales Nacionales
Festival de Jazz de Ezcaraya- La Rioja - Ebbe Traberg Memorial
RADIOAJOBLANCO
viernes, 27 de julio de 2012
Historia
del jazz en España
La música de Jazz llegó a Europa en tiempos
de la Primera Guerra Mundial. Londres y París recibieron
los nuevos ritmos con los brazos abiertos y los incluyeron rápidamente. Así una
música nacida con toda seguridad en los estratos sociales más bajos y carentes
de cultura del sur de EE.UU., pasó a ser una música culta, casi intelectual en
Europa. Compositores tales como Debussy o Ravel, incluyeron aromas del primitivo jazz en sus
composiciones, dándole a esa música el respaldo intelectual que no podían otorgarle
los salones de baile que la acogieron inicialmente.
[editar] Primer tercio
del siglo XX
En España, la primera referencia directa
real al jazz data de 1929,
cuando Sam
Wooding y sus "Chocolate Kiddies", actuaron en Madrid, San
Sebastián y Barcelona, ciudad esta en la que incluso grabaron un disco.[1]
También en 1929, en la Exposición Universal de Barcelona,
actuó la orquesta británica de Jack Hilton, y luego la orquesta de Harry Flemming, que incluía a
músicos como el trompetista Tommy Ladnier. No obstante, hubo algunos precedentes,
comenzando por la locura del ragtime, que se adueñó de salones de baile. La eclosión de
los ritmos y músicos de jazz afro-americano en Europa en los años 1914 a 1929,
coincidió en nuestro país con el periodo de la dictadura de Primo de Rivera y la generación de 1927. En esta época, en los bajos
del Hotel
Palace, en el Rector's Club, solía tocar una "orquesta de
negros".[2]
El fox-trot, fue
la carta de la que se sirvió el jazz para hacer su presentación en sociedad.
Ragtime, rumba-habanera, fox-trot, charlestón
y demás ritmos nacidos del árbol musical afro-americano mantienen similitudes
incuestionables desde su origen común urbano. Conservan en su esquema formal,
rítmico e instrumental, el sedimento de lo español y africano, y su
singularidad le viene de la utilización por el intérprete de la síncopa y el acento desplazado, recursos rítmicos
que provienen de la música africana. Todas tuvieron que ver con el nacimiento
del jazz. Casi todos los músicos de entonces confirman la latinidad y
españolidad del jazz en sus orígenes remotos. Aquel impulso renovador de los
ambientes musicales alumbró una primera generación de practicantes. Barcelona
contó con el primer nombre del jazz español: Miguel Torné, que desplegaba todo
un conjunto de instrumentos: esquilas, flautas de válvulas
o jazz-flutes, serruchos, xilofones diatónicos... De Isidro Paulí se dice que, en el año
1919, presentó por vez primera en Barcelona un instrumento musical entonces
inédito: la batería. En aquella época, a este
instrumento se le llamaba jazz band.[3]
Hubo otros músicos no menos importantes, pioneros del jazz bandismo: Jesús
Guridi y José Iturbi.[4]
[editar] Los años 1930
y la pos-guerra
A partir de los años 1930,
comienzan a aparecer por diversas ciudades españolas Hot Clubs al estilo de los que se
habían desarrollado en Francia y, con ellos, los coleccionistas de discos de jazz, y
las tiendas especializadas, como "Saci", en Madrid.[5]
España recibió la visita de otras bandas de prestigio, como la integrada por
norteamericanos expatriados en Europa en los años 1930, «Willie Lewis and his
Entertainers», con la que alternaron músicos del prestigio de Bill Coleman, Adelaide Hall y George Johnson. También
llegaron jazz-band cubanas y danzoneras, destacando la orquesta "Havane
Cubains Jazz" que tocaron en San Sebastián. Además visitaron nuestro país
jazz-dancers que resultaban un verdadero espectáculo, como fue el caso de Eddie
Brown y Louis Douglas (actor, bailarín y showman) y, especialmente, la gira de Josephine
Baker, en febrero de 1930.
Barcelona se convirtió en el epicentro de
la fiebre del hot que
asoló la península en los años 1930. Algunas de las orquestinas de principios
de siglo continuaban funcionando como orquestas de swing:
"Demon's jazz", "Napoleon's", etc. El número de orquestas
que funcionaban en la Barcelona de preguerra era enorme: "Melodian`s
Orchestra", "The Venus Orquesta"...
Un evento de gran importancia fue la
creación del Hot Club Barcelones (H.C.B.) por los aficionados, instigadores en
el año 1934 del
Barcelona jazz Club. Con la intención de propagar verdadero jazz se organizaban
disco-forum, conciertos y conferencias. El Hot-Club amparó la publicación de Jazz Magazine y un programa de
radio. En el verano de 1935 organizó un Festival de Jazz Internacional, el
éxito fue tan apabullante que movió a sus patrocinadores a repetir. Para la
tercera edición, el 29 de enero de 1936, se contrató al prestigioso saxofonista Benny
Carter. Los ecos de las actividades del Hot-Club de Barcelona llegaron a
toda Cataluña
y fuera de esta, en Bilbao,
Valladolid,
Madrid y Valencia,
se constituyeron los embriones de los respectivos hot-club. Destaca la labor
desarrollada por el tándem Augusto
Algueró-Josep Casas Auge, director y
arreglista- pianista respectivamente.
La guerra terminó con una edad de oro del
jazz, y no solo del jazz, sino de toda la cultura. Fueron muchos los músicos,
orquestas enteras, que se exiliaron.En este momento es cuando apareció la
censura para evitar los desmanes de épocas precedentes que también rozó al
jazz. Jazz había que escribirlo «yas» y los títulos de las canciones
transcribirlas al castellano: Besáme mucho fue prohibida, luego
autorizada y vuelta a prohibir; Ansiedad, en versión de Nat
King Cole pasó por un descuido. El censor mandaba callar al trompetista
demasiado estridente, bajaba faldas cortas de coristas y corregía letras por si
faltaban a la moral, la autoridad o el buen orden. El «cheek to cheek» (mejilla
con mejilla o baile agarrado) fue incluso prohibido por considerarlo una grave
inmoralidad. Se mantiene, no obstante, alguna presencia del género. Es el caso
del primer crooner
a la española, Mariano Barreto, cubano que hizo
llorar a media España encarnando al Negro que tenía el alma blanca. Otro
cubano, Antonio Machín, personificó entre nosotros la figura
del vocalista, a partir de 1939. A mediados de los 1940 toda orquesta debía
contar con su vocalista, alternando el swing y el slow, con la ranchera y el
bolero, en un estilo cursilón. Destacaron Luis Sancho, alias Jorge
Sepúlveda, Raúl Abril, Raúl del Castillo, etc. Entre
las vocalistas femeninas destacaban Pilar Morales, Blanquita
Amaro, Rina Celi etc. También abundaron los
tríos vocales de hermanas, fenómeno que se llamó «sisterismo», en imitación a
las Andrews Sisters. Fundada en
1944, la Orquesta Rovira fue de las primeras en presentarse en formación de
concierto, con recitales en las salas Coliseum, Tívoli, Comedia y Principal.
[editar] 1950-1975
El jazz recobró su pulso en Madrid a
partir de 1947, sobre todo tras la creación del "Hot Club de Madrid"
en 1948, que organizaba frecuentes jam
sessions, promovió la edición de revistas y boletines, y produjo varios
discos a nombre de artistas como George Johnson, Don Byas y el "Hot-Club de Madrid
All stars", bajo la dirección artística del maestro Tejada. Los dirigentes
del Hot Club de Madrid seleccionaron unos cuantos instrumentistas calificados
de «Los mejores Músicos del año». En Barcelona, la nueva edad de oro del jazz
se fijó en torno a los años 1948-1953, con matinées y jam-sesiones. Jazzistas,
rumberos y flamencos convivieron en un mismo escenario. Estas sesiones, y
especialmente la presencia de Don Byas, influyeron enormemente en músicos como Tete
Montoliu, que entonces comenzaba su carrera. Otros músicos destacados de la
época fueron Sebastián Albalat, número uno
entre los saxofonistas barceloneses, un innovador además del mejor jazzman de
su generación, que también era cantante, pianista y director de orquesta.
También, entre otros, Joe Moro, Salvador Arevalillo, Salvador Font, Pere Bonet,
etc.
La irrupción del be-bop generó una
separación entre los aficionados, al tiempo que convirtió al jazz en privilegio
de unos pocos espíritus cultivados. Junto a ello, ocurría que la mayor
frecuencia en las visitas de los jazzmen americanos terminaron por saturar la
frágil economía del aficionado. Víctimas primeras de ello fueron los músicos
del país a quienes se les puso muy cuesta arriba tocar jazz. En los años 1960
surgió la primera crítica especializada en toda la extensión de la palabra, y
los críticos mantuvieron vivo el jazz en prensa, revistas especializadas y
radio, un medio que lo fue todo para el aficionado. El momento más interesante
de esa época fue la inauguración, en octubre de 1959, en un sótano de la Plaza
Real de Barcelona, del Jamboree Jazz. Por este club
pasaron en los años sesenta músicos del máximo prestigio como Ornette
Coleman, Lee Konitz, Chet Baker,
Dexter
Gordon y un largo etc que sorprendería, aún hoy, a muchos. Las actuaciones
de Ornette Coleman en trío, con Tete
Montoliu y el batería Billy Brooks fueron saludadas por
los críticos como un verdadero acontecimiento intelectual. Después poco a poco
tendría lugar la formación de otros clubes históricos que abrirían y cerrarían
sus puertas con excesiva rapidez como para consolidar una música y unos
músicos. El "Whisky Jazz", en Madrid, es el que más años ha
sobrevivido aunque con muchos cambios. Por el Whisky Jazz de la primera época
pasaron gran número de artistas internacionales como Dexter Gordon, Lee Konitz,
Paul Bley, Donald Byrd,
pero sobre todo, y al igual que Jamboree, sirvió para que sus escenarios
permitiesen a algunos jóvenes músicos demostrar su valía. Los más destacados de
ellos: Tete Montoliu, Pedro
Iturralde, Enrique Llácer "Regolí",
Vlady Bas y Juan Carlos Calderón.
Whisky y Jamboree fueron no sólo
escaparate para el jazz foráneo, sino también y a falta de academias
especializadas, la escuela en la que se forjó una generación de jazz men: los
músicos de casa. Destaca el jazzista Tete
Montoliu, «pianista sutil que pareciera haberse equivocado de tiempo, lugar
e incluso color de piel», cuyo talento explotó por estos años. A raíz de sus
actuaciones en los Festivales de Cannes (1958), San Remo (1959) y Berlín (1961),
Montoliu sorprendió y conmovió al pequeño mundo de los aficionados al jazz.
Tuvo la oportunidad de alternar con gigantes del jazz de la categoría de Dexter
Gordon o Niels-Henning Ørsted Pedersen. En
1967 tocó en Nueva York y regreso a su ciudad natal , una vez que la actividad
jazzística se hubo estabilizado por acción del recién abierto Jamboree. El
saxofonista tenor navarro
Pedro
Iturralde comenzó tocando en las jam-sessions del club Suevia. El
reconocimiento internacional le llegó en el año 1967, cuando presentó su Jazz
Flamenco en el Festival de Berlín, junto a un joven Paco
de Lucía.
Por su parte, Juan Carlos Calderón, pianista nacido en Santander, donde se inició con bandas de jazz tradicional, se
convirtió en asiduo acompañante de figuras norteamericanas de paso (algunas de
las cuales, como Donna Hightower, permanecieron en España largo
tiempo) y en el más reconocido de los arreglistas
del país, además de dirigir una big band, con la que grabó uno de los discos esenciales
del jazz español, Bloque 6, tras girar con la banda por diversos
festivales nacionales.[6]
Otra de las presencias en los escenarios de jazz nacionales, consolidada
durante los años sesenta, fue el saxofonista Vladimiro Bas, único español que ha
tocado con Louis Armstrong y que, más tarde, fue de los pocos
en aventurarse en caminos cercanos al free jazz.
En cuanto al baterista Enrique Llácer,
"Regolí", estuvo en activo hasta bien entrada la década
de 1980, siendo uno de los impulsores de la más famosa banda de dixieland
española, la "Canal Street Jazz Band", formada en
1967 en Madrid, junto con el trombonista James Kashishian, el cornetista norteamericano Jeff Hughes
y el pianista español Fernando Sobrino.
Se puede citar a otros muchos músicos que
compaginaban su trabajo en la Orquesta Nacional o en la música popular, con
sesiones de jazz, como José Chenoll o Sigfrido Vidaurreta, trombonistas;
pianistas como Manuel Gas o el francés afincado en
Madrid, Jean Luc Vallet; trompetistas
como José Luis Medrano o Arturo Fornés; Joan Miró, vibrafonista;
Carlos Casasnovas y Rafael de la Vega, contrabajos;
o Pepe Nieto, batería.
Otra fecha crucial, 1966, marcaría el
desarrollo del jazz en España. En enero de ese año (exactamente el día 25) actuarían
por primera vez Duke Ellington y Ella
Fitzgerald, en Barcelona en el Palacio de la Música. Inmediatamente
después nacerían, en septiembre, el Festival de Jazz de San Sebastián
y en octubre el de Barcelona, este último con un cartel antológico: Dave
Brubeck con Paul Desmond, Sonny
Rollins con Max Roach y Tete Montoliu trío entre otros. Mucho más
tarde, en 1977, Vitoria
también se unió a esta oferta musical con el Festival de Jazz de Vitoria. En la
actualidad son numerosas las ciudades que cuentan con su cita anual con los
amantes de esta música.
Al margen de los Hot-Clubs de Barcelona y
Madrid, el de mayor volumen era el sevillano;
también los hubo en Granada (donde residió Stan Getz
un tiempo, en Almuñecar) y en Valladolid. En Valencia funcionaba el Hot
Club y en Santander el Drink Club. Hubo también otros
clubes importantes como "Balboa Jazz" o el "Bourbon
Street", en Madrid; "La Casa del Loco" en Bilbao;
"Indigo" en Palma de Mallorca; o "Club 28" en Las Palmas de Gran Canaria.
[editar] El jazz a
finales del siglo XX
El Jazz, convaleciente en todo el mundo,
agonizaba en nuestro país. Los hot-club de Barcelona y Madrid languidecían sin
que nadie se interesara por ellos. La Universidad de los sesenta-setenta hizo
causa común con el jazz joven, a cuyos representantes abrió los salones de
actos y auditorios. Fundado en el año 1970, el Club de Música y Jazz del Colegio Mayor San Juan Evangelista
puso el jazz al alcance del bolsillo universitario. "Raíces", un
minúsculo sótano de la calle Galileo de Madrid, se constituyó en el legítimo
heredero del viejo Whisky and Jazz, del que se diferenciaba en todo. Fueron sus
impulsores entre otros, los saxofonistas Juan Muro, Antonio Moltó y Alejandro Pérez. La
edad de oro del jazz madrileño tuvo su traducción en el «Festival del Jazz de
San Isidro», verdadera puerta abierta a la contemporaneidad del género. En los
San Isidros pudo escucharse a los jazzmen de primera línea de vanguardia. Por
ellos pasaron los mejores músicos de jazz europeos cuando nadie se atrevía a
traerlos.
Loa años 1970 marcaron el inicio de la
aventura docente del jazz en nuestro país. En el año 1978 comenzó a funcionar
en Barcelona el Aula de Música Moderna y Jazz, dependiente del «Centro
d'Estudis Musicals»; le siguió dos años más tarde el Taller de Músics. Ambos centros
abrieron sede en Madrid. Llama la atención el gran número de clubes que
ofrecían jazz en la Ciudad Condal, además del Festival de jazz y la Asociación
de Músicos de jazz.
En las última décadas del siglo XX, el
jazz español comienza a consolidar un lenguaje propio, una hábil mezcla de lo
mejor y más profundo del flamenco con las formas del jazz contemporáneo. El
saxofonista madrileño Jorge Pardo, el contrabajista barcelonés Carles
Benavent y el percusionista brasileño Rubem
Dantas han aportado el espíritu jazzístico a la presencia flamenca de Paco
de Lucía y sus dos hermanos. Ninguno de los tres era un recién llegado, Pardo y
Dantas ya habían militado juntos con Joan Albert Amargós, quien había realizado ya
sus primeros pinitos con el flamenco en el grupo “Música
Urbana”.
En cuanto a los músicos de jazz más
ortodoxos, Tete Montoliu ha sido el baluarte de varias generaciones de jazzmen
hispanos. El pianista Ricardo Miralles, tras su larga relación
profesional con Joan Manuel Serrat, ha regresado al jazz en la
capital estatal en solitario y en dúo con el también pianista Horacio Icasto (quien acompañó
frecuentemente a la cantante Sonia Vallet, hija de Jean Luc
Vallet). Lou Benett también pertenece a esa
generación, aunque nació en USA, pero la parte más importante de su carrera la
ha vivido entre Francia y España. También destacan el guitarrista valenciano Ximo Tebar
y el saxofonista americano-sevillano Abdu Salim.
Con posterioridad a esos músicos que
podríamos llamar de la generación del Jamboree-Whisky Jazz, las miradas de los
jóvenes músicos estaban colocadas en otros estilos musicales, entrando de lleno
en los ochenta, época de gran profusión de grupos, solistas e ideas que no
siempre han podido madurar lo suficiente. Valencia se
convierte en bastión de primerísimo orden por lo que respecta al número y calidad
de músicos, aficionados y críticos. Tanto es así que hay quien la considera la
primera capital jazzística del país. Músicos como el saxofonista Perico
Sambeat, o el trombonista Toni
Belenguer proceden de esta ciudad. Pero si Valencia es un valor consolidado
para el jazz, en esta época Andalucía fue la Comunidad Autónoma en donde se dio
el mayor incremento en el número de seguidores, se montaron festivales o ciclos
de conciertos en Sevilla, Málaga, Festival de Jazz de Granada, Festival de jazz de Almería y hasta en
Jaén, con clubs de jazz que consiguieron gran proyección ("Chubby
cheek" en Jaén, "Georgia" en Almería, "El secadero" en
Granada...). De la cantera andaluza, salieron jazzistas como los guitarristas Tito Alcedo
y Nono
García, los pianistas Chano
Domínguez y Henry Vincent, el saxofonista Pedro Cortejosa, el
contrabajista Francisco Posé, la cantante Celia Mur y otros.
Entre los jazzmen de final de siglo en
nuestro país encontramos saxofonistas como Joan Albert, Víctor de Diego, Xavier Figuerola o Javier Garayalde; trompetistas
como Josep María Farrás; pianistas
como Albert Bover e Iñaki
Salvador; contrabajistas como Javier
Colina, Horacio Fumero o Miguel Ángel Chastang;
guitarristas como José Luis Gámez o Ángel Rubio, y bateristas como Carlos Carli o Guillermo
McGill. También es necesario considerar a un nutrido grupo de músicos cubanos asentados en la
escena española, como es el caso del trompetista Manuel Machado, los
saxofonistas Nardy Castellini y Rafael Garcés, o el percusionista Moisés Porro.
Entre los músicos que han preferido la
experimentación o los caminos del jazz rock y
todas sus evoluciones electrónicas posteriores, es necesario destacar a los
saxofonistas Javier Paxarino y Wade Matthews, los contrabajistas Baldo Martínez y Zé Eduardo, el guitarrista Max Sunyer y grupos más o menos
estables como Pegasus, Clónicos, Zyklus etc. Destacados son también el
batería Jordi Rossy, que ha tocado con Paquito
de Rivera y Brad Mehldau; el pianista Chano
Domínguez, con George Mraz y Jeff
Ballard en su último disco, o Ignasi
Terraza, que lo ha hecho con Gregory Hutchinson y Pierre
Boussaguet.
No podemos olvidar, al hablar de la
proyección internacional de nuestros músicos, que Carles
Benavent fue el bajista del grupo de Chick Corea
durante más de un año, y conocida es la exigencia del pianista de Boston con sus
músicos. Benavent grabó dos discos con Corea (The Jobourg
Sessions y Touchtone). Jorge Pardo
y Carlos Benavent han realizado también otras experiencias internacionales,
tras su «Flamencos en New York»: formaron el grupo Zebra Coast con Gil Goldstein, Alex
Acuña, Don
Alias, Mino Cinelu, y Wolfgang Muthspiel. El
septeto actuó en diversas ocasiones en clubes neoyorquinos (Blue Note, Village
Vanguard, Sweet Basil) con notable éxito.
En 2011 en el documental "Jazz en
España"[7]
de la productora "14 pies" para la cadena de televisión Canal
de Historia, se recogen los testimonios de algunos músicos y críticos de
Jazz españoles, con algunos documentos históricos de esta música en España
[editar] Otros
músicos de jazz de España
- Ester Andújar - Cantante.[8]
- Juan d'Anyelica - Guitarrista de flamenco y jazz.
- Paloma Berganza - Cantante.[9]
- Carme Canela - Cantante.[10]
- Miguel Ángel Chastang - Bajista.[11]
- Alexis Cuadrado - Bajista.[12]
- Agustí Fernández - Pianista.[13]
- José Luis Gámez - Guitarrista.[14] [15]
- Ramón López - Batería, aunque afincado en Francia.[16]
- Alberto Conde - Pianista.[17] [18]
- David Mengual - Bajista.[19] [20] [21]
- Benet Palet - Trompetista.
- Mario Rossi- Samba y jazz[22]
- Albert Sanz - Pianista.[23]
- Antonio Serrano - Armónica.[24]
- David Xirgu - Batería.[25]
- José Adrián Espadas - Compositor/Batería.[26]
- Xavier Dotras - Pianist[27]
[editar] Véase también
Categoría
principal: Festivales de jazz de España
[editar] Bibliografía
·
Álvarez
Caballero, A: Historia del Cante flamenco, Madrid, Alianza, 1986.
·
Berendt,
Joachim: El Jazz. Nueva Orleans al Jazz-Rock, México-Madrid, Fondo de
Cultura Económica.
·
Dembowski,
C: Dos años en España y Portugal, Madrid, Espasa Calpe, 1931.
·
Fodham
John: Jazz, historia, instrumentos, músicos y grabaciones, Editorial
Raíces. Guipúzcoa 1994.
·
García
Martínez, J.M. (1996) (en español). Del
fox-trot al jazz flamenco. El jazz en España 1919-1996. Madrid: Alianza
Editorial.
·
Clayton,
Peter; Gammond, Peter (1990) (en español). Jazz
de la A a la Z. Taurus. pp. 317. ISBN 84-306-0162-7.
·
Coll,
Julio (1971). Dep.Leg. M-4754-1971. ed (en español).
Variaciones sobre el jazz. Madrid: Ediciones Guadarrama. pp. 235.
[editar] Notas
1.
↑ Clayton
& Gammond, 1990, pp. 159
2.
↑
Sánchez Vidal, Agustín (1996). Planeta. ed. Buñuel,
Lorca, Dalí: el enigma sin fin (primera edición). Madrid. p. 71. ISBN 8408018078.
3.
↑ Clayton
& Gammond, 1990, pp. 158
5.
↑ Coll,
1971, pp. 22
6.
↑
Montes, Paco/ Cifuentes, Juan Claudio (1975): Bloque 6. Linernotes.
Clave 18-712 S
7.
↑ «Promo del documental "El Jazz en
España"» (en español).
8.
↑ All About jazz
11.
↑ Jazz
Magzine
12.
↑ All About Jazz
13.
↑ All About jazz
15.
↑ All About Jazz
16.
↑ Tomajazz bio
19.
↑ Tomajazz
bio
20.
↑ CitizenJazz bio
21.
↑ Jazz
Magazine bio
23.
↑ All About Jazz
24.
↑ Apoloybaco bio
25.
↑ Tomajazz bio
26.
↑
www.myspace.com/deathjazztrio
27.
↑ Xavier Dotras
[editar] Enlaces externos
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